Hechos 16:25) Pablo y Silas cantan en prisión.


Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.


a. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios: A pesar de que habían sido arrestados, azotados y encarcelados por hacer el bien, Pablo y Silas estaban llenos de gozo, y entonaron alabanzas a Dios. Parecía que nada los detendría de alabar a Dios.


i. Cualquiera puede ser feliz en circunstancias agradables, pero el verdadero gozo solo viene desde adentro, y es un regalo disponible para todos los Cristianos en todo momento. “En vez de maldecir a los hombres, bendijeron a Dios.” (Stott)


b. Y los presos los oían: ¡Qué sonido tan extraño debió haber sido éste para los otros prisioneros! Oraciones y alabanzas a Dios a medianoche, en medio de una prisión brutal. Las paredes de esa prisión probablemente nunca habían escuchado tal sonido.


6. (Hechos 16:26-29) El gran terremoto y su resultado.


Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. Él entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas


a. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto: Este terremoto claramente era sobrenatural. No solo por el tiempo y el lugar, sino también porquese abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron


b. El carcelero… se iba a matar: El carcelero iba a hacer esto por una buena razón. Bajo las leyes y costumbres romanas, los guardias que permitían escapar a los prisioneros recibían la pena de los prisioneros que habían escapado. Sabiendo esto,Pabloclamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. Él le aseguró al carcelero que ninguno había escapado.


i. Hubiera sido fácil para Pablo y Silas escapar, pensando que Dios había provisto de otra fuga milagrosa. Pero para ellos las vidas de otros eran más importantes que su propia libertad y comodidad.


ii. Al no escapar, ellos mostraron gran discernimiento. Las circunstancias decían, “escapen.” Pero el amor dijo, “quédense por el bien de un alma.” Ellos no se guiaban solo por las circunstancias, sino por lo que el amor les provocaba.


c. Se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas: Este duro guardia de la prisión, temblando, se postró. Esto fue tan dramático como suena. Este hombre había sido más conmovido por el amor y la gracia demostrados por Pablo y Silas que por el terremoto. También, éste pudo haber sido el mismo guardia que los azotó pocas horas antes.

Hno  Roberto